martes, 27 de septiembre de 2011

GUERRA A LA MUERTE



La reciente tragedia del último clásico debe ser tratada en su conjunto. No solo “por hoy” como acostumbran los peritos periodistas que cual sabios, son expertos en todas las materias. No serán todos, pero lo son. Y hoy una muerte enluta y causa gran dolor a una familia. El caso de “Ciro” ya baja en intensidad, esos periodistas y los medios donde les pagan sus emolumentos ya descansan del “tema”. Los familiares y allegados de Ciro lo siguen viviendo. Y en algún momento cuando vuelva a ser noticia, ellos volverán.

SI EL FUTBOL MATA, QUE MUERA EL FUTBOL.

Que cierren el Monumental. Que cierren los Estadios. Que suspendan el campeonato. En realidad son expresiones de aquellos “peritos” y de gente de buena fe, que siente indignación e impotencia por sucesos como el del último Clásico. Los familiares de la victimas de Utopía aun tienen en sus pupilas a sus seres queridos. Los familiares de los Estudiantes de la Cantuta lucharon y seguirán luchando por Justicia.

¿Y LOS RESPONSABLES, DONDE ESTAN?

Este es un tema del sistema. Es un problema que la sociedad en su conjunto debe atacar para acabar con este estado de cosas donde impera la impunidad, la corrupción y los gobiernos de turno se lavan las manos. Esa sociedad que se indigna debe encaminarse para procurarse su propia organización para liberar al país de la ignominia de un sistema que se denigra de manera concurrente y trastoca los valores.

Esa gente que pide pena de muerte, que pide que “maten al futbol” ¿qué podemos decirle cuando en los hospitales, operan a un paciente y le amputan la pierna equivocada o le quitan el riñón a un paciente por otro? ¿Qué cierren los hospitales, las discos, las Universidades, etc.? Y esos peritos del periodismo, también son parte consustancial de la incitación, sea a la violencia al apasionamiento que en su afán de ser primeras planas o noticia actúan sin medir consecuencias. Pena, impotencia, cólera, indignación es lo que causa este hecho. La vida de un Joven, de una persona, no puede ponerse en peligro; hay que proteger la vida de los seres humanos, sin distingo, alguno.

La juventud que es la flama de los cambios sustantivos tiene que cumplir su rol. El rol de la solidaridad para acabar con esta situación, desplazando el individualismo que enfrenta a unos y otros contra el surgimiento común. Así se unirán y vencerán. VIVA LA VIDA.